Dice el Concilio Vaticano II: “Dios es el autor que inspira los libros de ambos Testamentos, de modo que el Antiguo encubriera el Nuevo y el Nuevo Descubriera el
Antiguo. Pues, aunque Cristo estableció con su sangre la Nueva alianza, los libros del AT incorporados a la predicación evangélica, alcanzan y muestran su plenitud de sentido en el NT, y a
su vez lo iluminan y lo explican… El fin principal de la Economía antigua era preparar al venida de Cristo, redentor universal y de su reino mesiánico, anunciarla proféticamente y
representarla con distintas imágenes.
Es decir que el AT y el NT se complementan. Su interrelación es tan completa que el primero explica al segundo y viceversa, sólo a la luz del AT se logra comprender el NT y sólo a la luz del NT
nos damos cuenta de lo que el AT quiso decir; con razón Cristo lo decía a sus oyentes: “Investigad las escrituras y así comprobareis que Moisés habla de mí” (Juan 5,
39-45)
Ver: Pasaje de Emaus -Lucas 24, 25-27.
Fuente: Círculos Bíblicos Sectoriales- CIBISEC-
Escuela Bíblica Jesús Maestro,
Parroquia San Pancracio.