Circunstancias Religiosas

  • Los grupos humanos de la época

Por estar inmersos en una visión teocrática del mundo y del universo, el pueblo de Israel manifestaba en toda su organización política, sus convicciones religiosas, hasta el punto de hacer difícil una separación radical de lo religioso con respecto al mundo de lo político, económico, cultural... en fin, todo el conjunto de su existencia. Por tal motivo, esto que podríamos llamar grupos religiosos de Israel, son en realidad un poco de todo esto (de grupos económicos, políticos, culturales, etc.).

 

Para comenzar, aclararemos que para Israel es un factor fundamental en lo que constituye el núcleo de su identidad frente a otros pueblos, el carácter de ser un pueblo con una vocación particular; no significa que otros pueblos no tuvieran una vocación, lo particular radica en su dimensión de “ser” elegidos como Pueblo de Dios (Dt. 7,6), pueblo de la Alianza que en su “Actuar” se manifiesta como sacramento, como señal, como transparencia del Amor salvífico de Yavé; el esfuerzo por tratar de responder a esa vocación fundante y fundamental de “pueblo de Dios” es lo que da la medida de cómo organizarse y reorganizarse a lo largo de la historia (Jueces, Reyes, profetas, etc.)

 

El Padre Rafael Campo Rojas C.J.M., nos presenta la siguiente síntesis de cómo fue evolucionando la “mentalidad religiosa del pueblo”: “El pueblo de la Alianza, que en su actuar pretende ser transparencia de Yavé; crea mecanismos e instituciones como la monarquía, que la entienden y viven como el reinado de YAVÉ en medio del pueblo, donde todos son iguales y el Rey es el servidor de todos (el único Rey es YAVÉ, el Rey gobierna en nombre del único Rey YAVÉ)”.

 

El Padre Campo, continúa, en ese orden de ideas, planteando cómo, el habitar en un territorio libre es requisito fundamental de pueblo libre, liberado de la tierra de la esclavitud y de la servidumbre por la mano fuerte de su Dios YAVÉ, siendo así que para ellos la tierra de la promesa de que Dios vive en medio de ellos; por tal razón, cuando el pueblo es dominado, como en el caso ya descrito del destierro a Babilonia, la monarquía cesa y es entendida como fruto de su desobediencia e infidelidad a su Rey YAVÉ y, entonces es en el futuro en donde se proyecta su historia bajo el dinamismo esperanza, en donde la esperanza los sumerge, no en una espera pasiva, sino activa; por eso decimos “dinamismo esperanza” que los lanza a depositar su confianza nuevamente en el Dios liberador. Esta esperanza de Israel empieza a traducirse entonces en lo que llamamos espera mesiánica, la espera de un “Elegido”, de un “Ungido de YAVÉ” (Mesías Cristo, ambos términos traducen eso mismo); para cada sector religioso del Pueblo de Dios esa esperanza toma un acento distinto (unos acentúan lo político, otros lo religioso). “El pueblo pasa de una dominación a otra. La esperanza mesiánica se institucionaliza y se crea el judaísmo, que busca preparar la época salvífica, la recuperación de la monarquía. El judaísmo funciona como comunidad de santidad, dirigidas por los sacerdotes, entendiendo la santidad como medio para obtener el orden salvífico, es decir, el reinado de Yavé”.

 

Con tales antecedentes pasemos a tipificar en mini-comprimidos a los distintos grupos humanos de la época de Jesús:

 

1) Los Saduceos:

 

A) ¿Por qué se llaman así?

El nombre de Saduceos les venía de un sacerdote llamado Sadoc. Sus orígenes se remontan a los tiempos del Rey Salomón, jugaron un papel importante durante la resistencia religiosa contra la dominación griega.

 

B) ¿Qué elementos los caracterizaban?

En materia política eran simpatizantes del imperio romano por la intervención de éstos en contra de los griegos, pero principalmente, por formar parte de la aristocracia sacerdotal, eran de la gente más acomodada de la nación; por tal razón estratégico-política y económica no tenían ninguna intensión de estar contra el orden establecido. En consonancia con esto habían acomodado la religión con miras a que fuera más un adormecedor de las conciencias que una instancia de crecimiento del espíritu humano que es esencialmente proyección y búsqueda de la libertad y de la justicia. Siendo así las cosas, su fe estaba remitida fundamentalmente al pasado, a la seguridad de la tradición; sospechaban que los libros proféticos, negaban la inspiración de los textos de influencia griega (Eclesiástico, Daniel 13, Proverbios, sabiduría... etc.), sólo admitían sin discusión el Pentateuco (en su versión Hebrea. Por fundamentar su esperanza solamente en esta tierra bajo el supuesto de la teoría de la retribución inmediata y material (ellos no tenían más que esperar, más bien si mucho que justificar, en particular sus muchos privilegios a los cuales les atribuían origen de la Providencia Divina por su vida tan santa); por tal teoría, negaban la esperanza de la resurrección de los muertos.

 

C) ¿Cómo compartían ellos la esperanza mesiánica del pueblo?

Con todo lo anterior, es de entender que ellos no se movían en la dimensión de una “esperanza mesiánica”, no esperaban ningún Mesías que fuera a tocar y a alterar el orden tan “bueno” en que se movían.

 

2) Los Zelotes:

 

A) ¿De dónde proviene su nombre?

Etimológicamente la palabra Zelote traduce “celoso”, “sentir celos de...”

 

B) ¿Qué elementos distinguían a los Celosos?

Al igual que los Saduceos, eran estrictos cumplidores de la Ley, a pesar de esto distaban radicalmente unos de otros. Mientras a los Saduceos los podíamos distinguir en términos nuestros como un grupo de extrema derecha a los Celosos los podríamos identificar como un grupo de extrema izquierda, como los guerrilleros de la época.

 

Sus orígenes los podemos rastrear en la época de la resistencia Macabea a los griegos; para la época de Jesús, sus artes de guerra se habían desarrollado hasta el punto de hacerlos supremamente peligrosos para los intereses romanos.

Entre sus más frecuentes modos de ataque estaban la resistencia en las montañas y los sorpresivos atentados de los “sicarios” u “hombres de la sica” (un pequeño cuchillo que camuflaban entre sus ropas, para acercarse desapercibidamente a personajes romanos en medio de los tumultos y, de este modo, con certeras punzadas, quitarles la vida.

 

C) ¿Cómo compartían la esperanza mesiánica del pueblo?

Para los Zelotes, Dios era, en definitiva, el único y verdadero soberano de Israel, cualquier invasión era entendida como un atentado contra Dios mismo, por tal razón, dice Ángel Calvo, “Dios desea el heroísmo de su pueblo para hacer llegar su Reino y expulsar a los romanos y a sus colaboradores. Esperan un Mesías- Rey salido de entre sus jefes, e incluso alguno de ellos llega a ser proclamado como tal (Simón bar Kosba, el hijo de la estrella, reconocido Mesías por el rabino Aquiba en el año 132 d.C.)” (Cfr. Para leer una Cristología elemental).

 

3) Los Fariseos:

 

A) ¿De dónde viene su nombre?

Proviene de la palabra aramea “Peryssaaya” que significa “los separados”. Se les llamaba así porque la exagerada búsqueda por lograr una radical pureza moral de la fe los hacía distanciarse del común del pueblo a quienes consideraban impuros y malditos.

 

B) ¿Cuál era la tipología del grupo?

Trayéndolos a nuestro lenguaje actual, los miembros de éste grupo estarían un tanto del lado de los de “centro-derecha”; no eran colaboracionistas como los Saduceos (de los cuales eran adversarios, al igual que los Zelotes), pero tampoco eran tan radicales como los violentos Zelotes.

 

Elemento típico era, por tales razones, su rechazo a todo activismo político, la liberación y la salvación vienen de Dios, no hay nada más que hacer sino cumplir estrictamente la Ley y con eso acelerar la acción redentora (liberadora) de Dios. Dada su extrema preocupación por el cumplimiento de la Ley, los “separados” es convirtieron en profundos estudiosos del Torá (la Ley), con lo cual lograron alcanzar una gran influencia ideológica sobre el Pueblo de Dios, y fue tal su influencia que muchos sacerdotes acudieron a ellos para consultarle algunos casos morales.

 

En cuanto a su organización y condición económica, dice al respecto Ángel Calvo: “No estaban dirigidos por sacerdotes, aunque había algunos entre ellos. Su organización era bastante completa y tenían hasta ‘economatos’, quizá para tratar menos con el pueblo. Hillel, Sammay, Gamaliel, Johanán ban Zakkai, fueron algunos de sus rabinos (maestros) famosos. En cuanto a la situación social eran de clase media (artesanos y gente que sabía escribir -escribas-). No tenían mucho dinero pero tenían saber y el pueblo los veía a ellos como guías espirituales” (Cfr. Para leer una Cristología elemental).

 

Para concluir esta caracterización veamos cómo entre los mismos Fariseos había una identificación de varios perfiles o rostros de comportamientos que quedaron descritos en varios textos del Talmud[1]:

 

a) Los Fariseos “anchos de espalda”: son los que van anotando en la parte posterior de sus amplios ropajes, en sus espaldas, todas sus buenas acciones para descrestar a la gente.

 

b) Los Fariseos “rezagados”: eran un sector de éste grupo que se destacaban por su actitud, igualmente hipócrita, de evasión de sus responsabilidades, en concreto, de retrasar el pago oportuno del salario a sus obreros argumentando: “en este momento no puedo pagarle porque tengo que cumplir urgentemente un precepto religioso”.

 

c) Los Fariseos “calculadores”: éstos llevaban la cuenta de sus buenas acciones con el fin de que cuando tuvieran un superávit de méritos, pudieran echarse una ‘canita al aire’, es decir, en términos nuestros, “el que reza y peca, empata” o viceversa.

 

d) Los Fariseos “ahorradores”: vivían preocupados por las minucias de la Ley, por ver cada detalle de la Ley que les permitiera aumentar sus méritos.

 

e) Los Fariseos “escrupulosos”: éstos vivían tan obsesionados por sus pecados que hacían actos de piedad hasta para compensar los pecados que se les habían olvidado o por los que habían cometido sin darse cuenta.

 

f) Los Fariseos del “amor”: a éstos los relacionan con el Patriarca Abraham y, para ellos, éste es el ideal de lo que ha de ser un auténtico Fariseo.

 

C) ¿De qué modo participaban de la esperanza mesiánica?

La esperanza mesiánica estaba en íntima relación con el cumplimiento de la Ley, “a la Ley estaba sometido, incluso Dios: ellos tenían que cumplir su parte de la Ley y Dios la suya. Los escribas y doctores de la Ley tenían poder para decidir lo que estaba prohibido o permitido (atar y desatar)” (Cfr. Ángel Calvo); con tal cumplimiento riguroso de la Ley pretendían apresurar la llegada del Mesías- juez y Rey que liberaría a Israel y restauraría la justicia (cumplimiento del Torá) e impondría un nuevo orden, un nuevo Reino; es decir, Mesías y Reino de Dios en el “territorio” de Israel al estilo del gran Rey David, constituían la base de su espera y de su obrar en perspectiva mesiánica, al igual que para los Zelotes, con diferencia claro está, en que la acción de los Fariseos está más enfocada hacia un obrar religiosos - moral, y los Zelotes, en un obrar político - militar.

 

4) Los Esenios:

 

A) ¿Cuál es la historia de éste grupo?

Los Esenios fueron literalmente una comunidad de monjes, con una tradición muy cerrada y misteriosa, con lo cual rehacer su historia, resulta algo difícil; los datos más lejanos en realidad no alcanzan a ser sino del año 136 a.C. (fecha en realidad muy reciente en comparación con la historia de los otros grupos).

El nombre, de igual modo, es también oscuro, puede traducir muchas cosas, entre otras: los devotos, los silenciosos, o, los varones el consejo de Dios.

 

B) ¿Cuáles son sus características?

Como dijimos, son monjes, vivían en comunidad y se retiraban de la vida ordinaria del Pueblo de Israel, de sus aldeas y ciudades para evadir el pecado del mundo y alcanzar la pureza y la santidad espiritual. Eran mucho más estrictos que los demás grupos en la observancia del Torá y de las reglas de pureza; para ellos la fe de Israel se había prostituido. Por esas razones bajo la guía de un sacerdote a; que llamaban: “Maestro de Justicia” orientaban su vida en la más estricta disciplina espiritual (ascética) con el fin de preparar la llegada de dos Mesías.

 

C) ¿En qué consistían sus esperanzas mesiánicas?

Participaban, al igual que los otros grupos descritos, de la espera mesiánica, pero a diferencia de ellos, los Esenios “se centraban en la espera de dos Mesías: el de Aarón, que eliminaría el pecado, y el Mesías de Israel que establecería el imperio Israelita, expulsando a los romanos. A ambos los designaban como “hijos de Dios”. La guerra final durará 40 años con altibajo y, al final, ellos se vengarán” (Cfr. Ángel Calvo). Es decir, ellos esperaban un Mesías sacerdote (el de Aarón, hermano de Moisés de donde deriva el sacerdocio según una tradición de Israel) que purificaría la religión y la fe en Yavé y, otro Mesías, un Mesías Rey (político) que sacaría adelante la implantación del Reino definitivo de Dios en la tierra, restableciendo el Reino de Israel.

 

5) Otros grupos humanos de la época:

 

1) Los Herodianos = Grupos de personas aliadas al poder romano en cabeza del Rey Herodes y que perdurarán después de su muerte hasta la época de Jesús (Mc. 3,6) y, se caracterizan por ser un grupo de contra-ofensiva a favor de los romanos y en oposición a todo movimiento o revuelta mesiánica que pusiera en peligro la estabilidad del imperio.

 

2) Los Bautistas = Grupo de tipo religioso, que daba mucha importancia al bautismo como rito que simbolizará el arrepentimiento y la conversión como camino de vida espiritual, con el fin de preparar los corazones a la llegada de ese Mesías (político-religioso); su objetivo era entonces, el despertar la auténtica fe de Israel como en una ocasión lo hicieran los profetas; el personaje más conocido para nosotros, por su relación con Jesús, fue Juan Bautista.

 

3) Los Marginados = Son varios los grupos de personas marginadas del orden vigente de la época:

 

a) Los Am-ha-ares o “pueblo del país”. Este grupo estaba representado por las clases populares de Israel, campesinos en su mayoría, hijos de extranjeros, ignorantes de la Ley y despreciados por eso, por los grupos de alta influencia religiosa.

 

b) Los esclavos o extranjeros. Principalmente de origen árabe, más que esclavos eran muchas veces sirvientes que se auto-vendían por un salario de hambre (muy bajo).

 

c) Los publicanos. Era uno de los grupos más despreciados por el pueblo de Israel, eran israelitas que estaban al servicio del opresor romano y tenían la responsabilidad de cobrar los impuestos para el gobierno romano central; por tal razón eran tenidos como traidores a Yavé. A esto además hay que agregarle, que para que les quedaran a ellos algunas utilidades de sus servicios, se veían en la necesidad (que terminó convirtiéndose en abuso) de subirle un porcentaje a los impuestos y así sacar algún provecho, con lo cual no quedaban sólo como traidores, sino también como unos vulgares ladrones. (Mt. 5, 56)


d) Los enfermos. Por la idea de que la enfermedad era fruto de algún pecado personal, o de sus padres, los enfermos eran apartados para que con su pecado no contaminaran al pueblo; entendiendo que el pecado se podía contagiar con la enfermedad. De entre lo enfermos los más despreciados eran los enfermos de la piel, los cojos, los ciegos, paralíticos, los dementes y los epilépticos (considerados muchas veces como endemoniados).

 

e) Además eran tenidos a menos todos los Gentiles (los que no eran judíos), las prostitutas, los samaritanos a los que llamaban (para que veamos la talla del desprecio) “los imbéciles que viven en Siquem”, las mujeres y los niños. Algunas frases de textos rabínicos seleccionados por el Padre Carlos Álvarez Gutiérrez C.J.M., nos permitirán hacernos una idea de cómo era tenida en cuenta la mujer en aquel entonces:

- Según R. Yuda, el israelita debe decir cada día tres bendiciones: “Bendito Ángel (El Señor) que no me hizo ni esclavo, ni mujer, ni ignorante” (Berakot 6, 18)

- Rabí Eliezer decía: “Enseñarle la Torá a la hija es como enseñarle el libertinaje.”

-“Que tu casa esté plenamente abierta, que los pobres sean en ella los huéspedes y no hables demasiado con las mujeres, ni con tu mujer, ni más aún con la mujer del otro. De allí que los sabios deducen: el demasiado tiempo que se gasta en hablar con una mujer atrae desgracia sobre sí mismo, lleva a abandonar la Palabra de la Ley y acaba por heredar la Gehena (la condenación)”

 

  • Instituciones religiosas

 

1) El Templo:

Para entender la importancia real del Templo es menester aclarar previamente la tradición religiosa de fondo que le da su contexto teológico y que podemos resumir en pocas líneas:

Los Judíos tenían muy claro que Dios es el único Santo. Sin embargo, esa santidad de Dios se irradiaba a todo el universo y al hombre a través de aquellos lugares o personas elegidos por él (lugares y personas sagradas {esquema sacro profano}); esto corresponde a lo que se conoce como los “Círculos de Santidad” y en esta perspectiva entramos a hablar del Templo.

 

El Templo es, por excelencia, en contraste con cualquier otro, el lugar de la presencia de Dios; el lugar santo de donde emana la santidad para todo el Universo, como dijimos anteriormente. Estaba distribuido jerárquicamente de ésta manera: El “Sancta Sanctorum” (Santo de los Santos) era el sitio más reservado del Templo, en él reposaba la presencia de Dios sacramentalizada, según la tradición, por la piedra donde se había depositado en otro tiempo el Arca de la Alianza y de allí comenzaba a ser irradiada esa santidad divina por ser lo más santo entre lo santo; a ese lugar sólo tenía acceso el Sumo Sacerdote (una vez al año); éste contaba con una buenísima posición y estabilidad económica, con una renta proveniente de los diezmos, cuyo mayor porcentaje era reservado para él, al igual que la venta de los animales para el sacrificio. En éste sentido éste: “nombraba a miembros de su familia en otros cargos que dependían de él (¡Qué burocracia!): jefes de los sacerdotes, el comandante del pueblo, los jefes de las 24 secciones del culto semanales. Cuando quería, le arrebataba a los sacerdotes las pieles de los animales sacrificados que sí eran propiedad de éstos últimos”. Después viene el Santo, el altar de los sacerdotes, el patio de Israel (sólo entraban los hombres), el patio de las mujeres y de los niños, el patio de los gentiles y, en continuación con esos círculos primarios del Templo, seguían en ese orden: La ciudad santa (la ciudad de Jerusalén, el territorio circunvecino de Israel y, de allí, el resto del mundo.

 

Otras personas que dependían del Templo eran los sacerdotes, siete mil en tiempos de Jesús y ofrecían sacrificios en el Templo de Jerusalén. Eran divididos en 24 equipos, por turnos cada semana. Así a cada sacerdote, le tocaba ejercer su sacerdocio únicamente cinco veces al año. De resto se dedicaban a ser consejeros en sus aldeas de origen, cuando así lo exigían las necesidades. Por tal razón, los sacerdotes eran más bien de clase media o de clase baja, vivían escasamente de la parte que les tocaba en los sacrificios que realizaban y del diezmo, que cuando se era sacerdote de una comunidad pobre era bien escaso o ni siquiera lo recibían.

 

Los Levitas, era el último grupo que participaba de la organización del templo, eran en tiempo de Jesús unos diez mil, igualmente divididos en 24 grupos; económicamente no tenían ninguna entrada por sus servicios litúrgicos y, desempeñaban funciones de animación con el canto o de porteros para recibir a la gente, asear el Templo y vigilar que no se alterase el orden en su interior.

 

2) La Sinagoga:

La sinagoga estaba en íntima relación con el culto del Templo, eran pequeñas capillas distribuidas por todo el territorio y tenían a su cargo un sacerdote al que se encomendaba la animación espiritual de los fieles, ya que para muchos habitantes de territorios alejados, les quedaba muy difícil estar trasladándose con frecuencia al Templo de Jerusalén. Las sinagogas estaban de este modo dispuestas para las celebraciones litúrgicas menores, como la celebración del sábado y, decimos menores porque hay otras que sólo se celebran en el Templo y a la cual están obligados a ir todos los creyentes; era dedicado también para la enseñanza.

Tradicionalmente, el culto allí se celebraba con este esquema litúrgico:

  1. Lectura de la Torá.
  2. Iluminación del texto con la lectura de un pasaje de los profetas.
  3. Homilía o explicación de las escrituras.
  4. Oraciones de bendición.

Esto mismo se puede apreciar en el pasaje de Lucas en el Capítulo 4,16-30.

 

3) Las Fiestas:

Todas las festividades históricas de Israel estaban revestidas de un profundo sentido religioso, o mejor, todo lo religiosos de Israel tiene sus raíces más profundas en la historia del pueblo, entendida como historia de salvación, no como historia abocada al fracaso y al sin-sentido, es decir, que aunque la historia se revista muchas veces de un lenguaje mítico, legendario y simbólico, lo que se celebra no son ni mitos ni leyendas ni simples proyecciones imaginarias; es así, que a lo largo de del calendario se distribuían fechas cuya intención era festejar a Yavé en los distintos momentos de su vida como Pueblo Elegido. Veamos algunas de estas celebraciones:

 

A) La Pascua. Se celebra conforme al calendario lunar, el primer plenilunio (luna llena) de primavera, que solía corresponder al día 14 o 15 del mes de Nisán (en nuestro calendario suele caer en Marzo o Abril). La palabra etimológicamente significa “salto” o “paso” y, al igual que las otras fiestas, aunque su origen es de tradición agrícola por coincidir con aquel momento en que los israelitas fueron liberados de Egipto, la fiesta pasó a conmemorar el “paso” liberador de Yavé, que con mano fuerte sacó de la esclavitud al pueblo y lo condujo hasta la tierra de la promesa; y para celebrarla se inmolaba un cordero y se untaba de sangre la puerta de las casas y se comía el pan sin levadura. Jerusalén para ésta época, se veía asediada de peregrinos que acudían a las celebraciones en el Templo. 

 

B) Pentecostés. Esta palabra nos hace referencia a “cincuenta días después de la Pascua”, y con ella se celebra la entrega de las Tablas de la Ley a Moisés en el Sinaí y el Pacto o Alianza que hizo Dios con su pueblo; su tradición agrícola coincidía con el tiempo de la siega o de la recolección de la cosecha. Corresponde en el calendario hebreo (lunar) a los meses de Iyyar o Sivan, que en el nuestro, es el mes de Mayo. El centro de la celebración es la renovación de la Alianza. 

 

C) Ros Hashana ó Año Nuevo. Con el mes de Ellul termina el año y con el Tishri se inicia el año nuevo (ambos meses coinciden en nuestro calendario con el mes de Septiembre); esto era igualmente motivo de celebración (se celebra Yavé Rey), pero ésta era más tranquila que las demás fiestas debido a la proximidad con la rigurosa fiesta del Yom Kippur, que diez días después ha de celebrarse.

 

D) Yom Kippur. Es la fiesta del perdón, se hacía una vez al año y, por su carácter estrictamente penitencial, se le daba un tinte triste dedicado a la oración y al ayuno. Era el único día en el cual el Sumo Sacerdote tenía la obligación de presidir en persona la liturgia, era, de igual modo, el único día en que entraba el Santo de los Santos realizando el rito de desagravio a Dios por los pecados del pueblo. Una vez dentro del Sancto Sanctorum llenaba el lugar con humo de incienso y derramaba sobre la piedra donde se supone que habían estado los restos del Arca de la Alianza, la sangre de un cordero sin mancha (perfecto) ofreciéndolo ese día en holocausto por los pecados ocultos de todo el pueblo y por los suyos propios. La celebración incluía, el tomar un macho cabrío al que se llamaba Azazael y se le lanzaba con dirección al desierto para simbolizar el despojo y el lanzamiento de todos los pecados (Azazael era el chivo expiatorio). El Yom Kippur se celebraba en el mes de Tishri, al igual que la siguiente festividad, la de las tiendas.

 

E) Las Tiendas. En el origen agrario de ésta fiesta se celebraba el tiempo de la vendimia (el final de las cosechas); posteriormente evolucionó su sentido y pasó a celebrarse la estancia del pueblo en el desierto, su peregrinación hacia la tierra de la promesa (Lev. 23, 43). La celebración consistía en que cada familia construía en los alrededores de Jerusalén, una tienda de campaña y habitaba en ella durante una semana, simbolizando aquel período de su historia de salvación.

(Jn. 7,2.37; 8,12).

 

F) El sábado. Esta fiesta era semanalmente celebrada y en ella se celebraba el descanso del Señor al final de la creación, cuando toda la obra creadora de Dios, había sido puesta en marcha, con lo cual el hombre entraba a participar, no sólo de la acción creadora de Dios como co-creador del universo, sino también de su descanso contemplativo. Ese sentido original, se fue perdiendo hasta transformar el cumplimiento del precepto (sábado) en una carga pesada.

 

G) La oración diaria. Aunque no era una festividad físicamente comunitaria, era la santificación del tiempo, un precepto de igual importancia en la vida del creyente, se hacía una en la mañana, antes de iniciar labores (denominada Laudes) y otra por la tarde (vísperas).

 

 

 CONCLUSIÓN

 

Hemos concluido así nuestro recorrido, y para redondear las ideas sólo queda por decir, que todo lo que a continuación sigue, tiene por piso la realidad histórica de Jesús que encarna en un tiempo y en un lugar concreto sus más profundas intenciones de hacer la voluntad de Dios, y es desde allí precisamente en donde comienzan a brotar como la semilla que revienta al llegar el tiempo propicio y emerge desde lo oculto de la tierra para manifestar sus primeros brotes; hasta que una vez madura, comienza así a dar sus frutos, frutos que depositarán en sus seguidores esas semillas del Amor de Dios (Espíritu Santo) para de ese modo seguir ese mismo proceso encarnatorio que nos planta los pies sobre la tierra para que desde ella el Reinado de Dios se haga una realidad eficaz que se traduzca en “Justicia, Paz y Alegría en el Espíritu” (Hechos de los Apóstoles). Esa tierra descrita, es la tierra donde la semilla Divida comienza a transparentar en lo más humano de Jesús, la imagen y semejanza de Dios, la cual todos los cristianos estamos llamados a reflejar.

 

Están dadas así las condiciones para una aproximación al Jesús histórico, al que caminó, hizo historia como nosotros, predicó, hizo milagros, murió... en fin, están dadas las condiciones para narrar desde sus orígenes (Cristología narrativa y genética) el desarrollo histórico de Jesús, para luego tematizarlo, sistematizarlo, interpretarlo y entenderlo desde su razón salvífica. Con un ejemplo concluyo esta última parte: ¿Qué se supone que hace el padre de familia, una vez ya ha satisfecho sus intenciones inquisitivas en torno a la procedencia del joven interesado en galantearle a su hija y llevar así a un proceso de acercamiento que con frecuencia termina en un noviazgo formal?; pues bien, lo que hace es todo lo que haremos nosotros ahora con ese galán que nos coquetea diariamente con infinidad de detalles y al que nosotros, profesores de Cristología, le hacemos la segunda en estos cursos que pretenden ser un espacio para que te encuentres con El, con la propuesta de Amor y sentido que tiene para tu vida. ¿Qué es lo que hace el padre, que es, en últimas, lo mismo que haremos nosotros?; pues bien, lo que sigue es narrar un poco la vida de esa persona, cómo ha sido su vida dentro de esas circunstancias, cómo se ha desarrollado (es como si encontramos nuestra vida, vamos a contar la vida de Jesús desde las fuentes más próximas a él - los Evangelios-, libre del mito, la fantasía y la novela de una obra como “Caballo de Troya”, o de las películas tradicionales de la semana santa “Jesús de Nazaret”; o de las películas taquilleramente prohibidas “La última tentación“, traduciendo el símbolo y las formas que están implícitas o explícitas en los mismos Evangelios); una vez que hemos hecho esto, se tematiza, así como el padre de familia se hace una o varias ideas de cómo es el futuro yerno en materia de Amor o de negocios o de filosofía y expectativas ante la vida, etc. , así también tematizaremos la vida de Jesús para visualizar sus intenciones con respecto a los distintos aspectos que manifiestan sus profundas intenciones para con nosotros.

El trayecto por recorrer es aún bastante amplio como bien podemos ver, así que con todos éstos presupuestos pongámonos en camino.

 

Para el dialogo:


1) ¿Por qué es importante conocer la situación del mundo en el que vivió Jesús?

2) ¿Qué lugar ocupa Israel en el engranaje geopolítico de la primera mitad del siglo I?

3) ¿Cómo se ejerce la presencia (cuáles son los mecanismos) del Imperio Romano sobre Palestina? ¿En qué sentido puede hablarse de "soberanía" nacional en Israel? ¿En qué consiste el "estatuto especial" de los judíos en el Imperio?

4) ¿Cómo se distribuye el poder en Palestina? ¿Cuál es el orden de cosas establecido por Herodes El Grande? ¿En qué se diferencia ese orden del establecido posteriormente por sus hijos?

5) ¿Cuáles son los factores que unen y dividen la sociedad judía de la época de Jesús?

6) Determine los puntos de acuerdo y desacuerdo entre los miembros de la sociedad judía en cuanto a los siguientes aspectos:  

a) La ocupación-dependencia extranjera

b) El templo-la Ley

c) Las esperanzas-utopías

d) Las divisiones fronterizas

7) ¿Cuál es la función que ocupan las tradiciones religiosas en la cultura o idiosincrasia particular judía?

8) Teniendo en cuenta los criterios que tienen los grupos político-religiosos (especialmente el de los Fariseos) para juzgar al hombre como "justo" y "digno de salvación", describa la situación de la mayoría en Israel.

9) Describa los diferentes grupos político-religiosos existentes en tiempos de Jesús y sus respectivos mesianismos. Justifique su existencia.

10) ¿Qué sentido tiene para la fe cristiana creer en Jesús de Nazareth, situado en un espacio y un tiempo concreto e identificable.



[1] Las enseñanzas que se hicieron sobre las Sagradas Escrituras que se fueron transmitiendo oralmente, se comenzaron a fijar por escrito en el siglo II d.C., ellas fueron estudiadas y comentadas, a su vez, por distintas escuelas de maestros, a esas enseñanzas y comentarios puestos por escrito es lo que conocemos como Talmud.

 

Fuente: Círculos Bíblicos Sectoriales- CIBISEC-

Escuela Bíblica Jesús Maestro,

Parroquia San Pancracio.